¡Tormenta a la vista! La barca se puede hundir, todos a remar a la vez, el objetivo es sobrevivir
Para que una barca se dirija en la dirección que marca su patrón o timonel, todos los remeros deben realizar sus esfuerzos a la vez, acompasados, coordinados y alineados por el mismo objetivo. De igual modo ocurre en una empresa, que debe estar igualmente coordinada y alineada a la hora de realizar esfuerzos en busca de su objetivo, ya sea sobrevivir, crecer o reducir la dependencia de la financiación externa.
Todo esto tiene relevancia en la actual situación económica, donde las empresas despiden, eliminan derechos percibidos como adquiridos y reducen salarios. Unos, porque pierden ventas y no lo habían previsto; otros por mala gestión de tesorería, retirándose más de lo que la lógica aconsejaría; otros por problemas sobrevenidos por terceros y no haber estado atentos a indicadores que les estaban avisando… Como consecuencia, la solución siempre suele acabar por reducir personal, salarios, etc.
El miedo, la intranquilidad y la pérdida de un entorno estable bloquea la creatividad y el recordar la suerte que se tiene de mantener el empleo, y lo mal que están las cosas fuera no genera motivación alguna, sino que genera negativismo que no favorece la consecución de los objetivos del equipo.
En este contexto las personas que quedan en la organización, conocedoras de la situación, saben de la suerte que tienen, pero el resorte de la automotivación cae exponencialmente y se desconecta. Es en este momento cuando debe salir el líder para conectar de nuevo ese botón de sus equipos y pregonar además con el ejemplo. No sólo pensar qué espera de los componentes del equipo, sino achicar agua si es necesario. El líder debe ser un modelo a seguir que marca la cultura de la empresa y la manera de afrontar las cosas. Debe transmitir el ejemplo de cómo hacer las cosas, los esfuerzos y afrontar la situación actual. Si se quiere tener equipos que estén alineados y que respondan cuando se les necesite, normalmente no es sólo cuestión de sueldo, sino de coherencia en los planteamientos de esos esfuerzos de sobrecargas o reducciones y que se perciba que todos están en la misma barca, aunque las tareas a realizar sean distintas, pues en la barca van todos y si alguien no rema alineado puede ser causa de no llegar al objetivo final de sobrevivir.