Las posiciones a corto
1- Introducción
En los últimos meses la situación de extrema volatilidad que atraviesan los mercados de valores europeos está incidiendo de forma clara en la estabilidad de los mercados.
Ante las consecuencias de inestabilidad de los mercados, las instituciones reguladoras han decidido atacar a los especuladores mediante la regulación de operaciones sobre valores o instrumentos financieros europeos que supongan la constitución o incremento de posiciones cortas sobre acciones.
Se considera que este tipo de operaciones distorsionan los mercados puesto que, al especular sobre la caída de las acciones, éstas acaban cayendo de forma más acentuada.
2- El funcionamiento
La principal razón por la que se invierte en acciones es la de comprarlas con la esperanza de que el aumento de su cotización permita obtener plusvalías. No obstante, existe la posibilidad de apostar a la baja, actividad conocida como “ponerse corto”. Las operaciones a corto consisten en tomar prestadas acciones con la expectativa de que caigan de precio, venderlas inmediatamente y recompararlas más tarde una vez se ha producido el desplome y devolvérselas a su propietario. En un mercado bajista este tipo de operaciones hunden el valor de los títulos.
En otros países como en Estados Unidos no es necesario poseerlas, pero en España la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), órgano regulador del mercado, obliga a tenerlas, por lo que existen varias maneras de hacerlo. La más habitual es tomar acciones prestadas de un broker que cobrará por ello unos intereses. Una vez se poseen, se venden con la esperanza de que bajen para luego recomprarlas y obtener un beneficio.
Consideremos que se venden 100 acciones prestadas a su cotización actual que es de 10 euros, obteniendo por la venta 1.000 euros. Al cabo de una semana la cotización baja a 6 euros. Si se vuelven a comprar se pagan 600 euros, con lo que se devuelven al broker, ganando 400 euros, de los que hay que descontar los intereses y comisiones.
Las posiciones cortas pueden causar una distorsión en el mercado con menos recursos de los que se requerirán para hacerlo de otra manera. El colocar a la venta una gran cantidad de valores puede producir un desplome repentino en la cotización, pudiendo producir una situación de pánico. Surge entonces una reacción en cadena, disparándose las órdenes de venta entre inversores.
La caída de las bolsas en el verano de 2011 ha llevado a la CNMV, junto con otros organismos reguladores de la Unión Europea, a establecer un coto a este tipo de operaciones. Sirviéndose del objetivo de estabilidad financiera, la CNMV a mediados de agosto de 2011 ha prohibido de forma inmediata la realización de operaciones sobre valores o instrumentos financieros que supongan la constitución o incremento de posiciones cortas sobre acciones españolas del sector financiero. Aunque la medida se adoptó por un tiempo provisional de 15 días, se acordó alargarla hasta nueva orden.
La prohibición afecta a cualquier operación sobre acciones o índices derivados en mercados organizados o derivados OTC que suponga crear una posición corta neta o aumentar una preexistente.
3- Conclusiones
Aunque la mayoría de inversores participan en la bolsa adquiriendo acciones con la esperanza de que incrementen su precio para obtener plusvalía, existe otra opción contraria que son las posiciones a corto, utilizadas sobre todo por fondos de inversión.
Las fuertes caídas de las bolsas españolas y europeas se deben a este tipo de operaciones a corto que hemos desarrollado más arriba, o así lo creen los encargados de regular los mercados. Consideran que este tipo de operaciones acentúan las posibles caídas de las cotizaciones.
Lo que estamos observando estos últimos meses es una caída de la bolsa capitaneada por las entidades financieras debido a sus activos en deuda pública de países en situaciones de quiebra como Grecia o Irlanda. Las expectativas sobre la calificación de las deudas publicas europeas está haciendo prosperar a estas operaciones a corto, acentuado aún más las caídas de las acciones. Es por eso que España, junto a otros países europeos (no todos), ha decidido congelar este tipo de operaciones prohibiendo la constitución o el incremento de las posiciones a corto.