Funcionamiento de las Reservas como instrumento de patrimonio
1- La imagen fiel de la sociedad
El Nuevo Plan General de Contabilidad obligó a eliminar los activos ficticios de los balances, puesto que su objetivo era el de mostrar una imagen más fiel de la empresa. Por lo tanto, reflejar lo que realmente tiene una sociedad sin que unos gastos, por ejemplo, pudieran permanecer activados en el balance de situación.
El efecto de la eliminación de activos ficticios fue la disminución drástica de las reservas de las sociedades. Esto es debido a que, contablemente, se cargaban reservas con abono a los activos que deseábamos eliminar en la primera aplicación del NPGC. Ejemplo de este tipo de asiento:
Importe activos (200) gastos de constitución a reservas (113) Importe activos
Este asiento se realizaba para corregir lo que entendía el nuevo plan que se había hecho mal en su día. Es decir, que cuando se contabilizó este activo se debería haber reflejado como gasto. Por este motivo, con el ajuste hacia menos reservas, se pretendía corregir los ejercicios previos al 2008.
2-Disminución del Patrimonio Neto
En la introducción hemos hablado de que estos ajustes podían generar contratiempos para las sociedades. Las reservas, según la cantidad e importe de estos ajustes, podían verse mermadas seriamente, incluso llegar a restar en el PATRIMONIO NETO, hasta el extremo de poder provocar la entrada en causa de disolución por dejar los FONDOS PROPIOS por debajo de la mitad del capital social, forzando a los socios a regularizar dicha situación. Esta regularización se podría traducir en disminuciones de capital o aportaciones para compensar pérdidas.
3- Reservas como una cuenta más de gasto
Lo que hemos expuesto hasta el momento es la consecuencia de la primera aplicación del NPGC, pero ahora veremos el funcionamiento de las reservas en la actualidad y demostraremos que a menudo pueden funcionar como una cuenta de gasto más. La Ley sobre el impuesto sobre sociedades nos dice que serán deducibles las partidas incluidas como gastos en la cuenta de explotación o en una cuenta de reservas. Esto nos permite afirmar que la contabilización de una partida en reservas no significa que no sea considerada como gasto fiscalmente deducible.
Cuando en un determinado ejercicio fiscal se produce un gasto importante, tenemos que valorar si esa partida puede alterar la imagen fiel del año. Es decir, que si entendemos que los gastos de una ampliación de capital pueden alterar la imagen de un ejercicio, deberemos cargar el gasto en una cuenta de reservas (cuenta113). En los ejercicios anteriores al 2008 se debía llevar ese gasto a una cuenta de activo ficticio, una cuenta de gastos a distribuir en varios ejercicios. Fiscalmente, como hemos dicho anteriormente, nos pondremos íntegramente el gasto en el mismo ejercicio, mediante un ajuste permanente negativo en el Impuesto sobre Sociedades.
Pero el caso de los activos ficticios no es el único que altera la composición de las reservas en la actualidad, puesto que los gastos de ejercicios anteriores también cobran relevancia en el PATRIMONIO NETO. Con el antiguo Plan General de Contabilidad, si había un gasto que se afloraba en el presente, se debía utilizar la cuenta 679 de gastos de ejercicios anteriores. Por el mismo motivo expuesto en el anterior párrafo, esto podía alterar la imagen fiel de la empresa en un ejercicio concreto, puesto que se le imputaban gastos que no eran del mismo. La corrección de este efecto ha sido la contabilización en Reservas del mencionado gasto, con el consiguiente ajuste fiscal negativo en sociedades para reflejar el Patrimonio Neto correcto.
4-Conclusiones
Desde el 2008 podemos encontrar partidas del Patrimonio Neto que tengan más movimientos que en ejercicios anteriores. Estas partidas eran más rígidas y solo se abonaban en casos de ampliaciones de capital o aplicación de resultados a Reservas. Desde el citado ejercicio, se les da más libertad y empieza a haber cargos en las cuentas de Reservas que actúan, en muchas ocasiones, de gasto directamente imputado a Fondos Propios.