El denominado riesgo operacional
1- Introducción
El riesgo, entendido como la posibilidad de que ocurra un acontecimiento negativo, suele ser uno de los factores que mayor respeto entraña a empresas y negocios. El volumen de facturación generado por empresas dedicadas al asesoramiento, gestión y control de riesgos constituye de por sí, un claro indicador de la preocupación habida entre agentes económicos y demás operadores del mercado.
La intensidad del riesgo empresarial y su diversificación dependerá en cualquier caso de los caracteres propios de cada actividad, a pesar de existir riesgos comunes como lo sería el riesgo crediticio o de mora en el cobro. Sin embargo, uno de los sectores que más invierte en gestión de riesgos, como es el de las entidades de crédito y financieras, representa actualmente uno de los mayores damnificados por la crisis económica.
2- El riesgo operacional
El riesgo operacional no representa ninguna novedad. Viene a ser la posibilidad de que se produzca algún error o fallo en el sistema operativo interno de la empresa o centro de negocios, procedente del trabajo humano o de cualquier fase o mecanismo de procesamiento, información o sistema de control, entre otros. No solamente se trata de analizar las probabilidades de riesgo, sino también, las consecuencias económicas que podrían aflorar con la materialización del mismo, es decir, las pérdidas económicas que se derivarían y la repercusión de las mismas en el futuro inmediato de la empresa.
A raíz de los Acuerdos de Capital de Basilea, el análisis del riesgo operacional viene asociándose de forma directa al sector financiero, el cual ha implantado modelos para identificar, cuantificar y gestionar su exposición al mismo. Sin embargo, el riesgo operacional no es algo exclusivo de las entidades de crédito, sino que está presente en cualquier actividad empresarial.
La concienciación y reflexión entorno a este fenómeno es algo primordial para su definitiva consolidación en un mundo empresarial, cada vez más dependiente de la tecnología y de los sistemas internos de información y procedimiento. Con una buena cuantificación del riesgo, en clave de costes, podría mejorarse la toma de decisiones empresariales destinadas a incrementar la rentabilidad productiva del sistema; es decir, podrían reducirse las pérdidas directas derivadas por fallos operativos.
3- Conclusiones
Identificar un mapa de riesgos operacionales y, a su vez, preveer las consecuencias que pueden derivarse se ha convertido en una auténtica prioridad para la mayoría de grandes empresas. Numerosos economistas creen que, el mapa de riesgos debería implantarse en el sistema de gestión de riesgos de cualquier empresa, pues en realidad, consiste en adoptar una actitud de cautela respecto a potenciales focos de inoperatividad o mala calidad empresarial.