Dualidad en el negocio bancario
1- Introducción
En épocas de crisis financiera los bancos suelen ser objeto de debate social, en los cuales se cuestionan aspectos como el papel desempeñado en el tráfico monetario, qué riesgos deben asumir, qué nivel de apalancamiento es aceptable, cómo de estricta debe ser la normativa..etc
Sin embargo, uno de los aspectos claves para poder plantear límites y propuestas relativas al sistema financiero, consiste en conocer la naturaleza de lo que comúnmente llamamos “bancos”, diferenciando entre la banca propiamente comercial (tradicional), y la banca de inversión.
2- Banca comercial y banca de inversión
La banca comercial representa al estéreotipo de “banco” propiamente dicho, el cual opera mediante una red de sucursales u oficinas distribuidas geográficamente dentro de su área de influencia. Su negocio principal consiste básicamente en pagar por los fondos captados de sus clientes (operaciones de pasivo) y cobrar por los créditos concedidos (operaciones de activo). La diferencia entre lo que cobra y lo que paga debe ser positiva, siendo éste el beneficio tradicional del banco. Asimismo, deben añadirse servicios como las tarjetas de crédito, transferencias, avales, comisiones, planes de pensiones...etc.
Por otro lado, existe la banca de inversión, la cual se dedica a colocar empresas en bolsa, diseñar y ejecutar OPA’s, emisiones de bonos, operaciones de “trading”, asesoramiento en materia de inversión, colocación de instrumentos financieros, gestión discrecional e individualizada de carteras de inversión con arreglo a los mandatos conferidos por los clientes, etc. Para llevar a cabo estos servicios no cuentan con una amplia red de sucursales, sino más bien con pocas oficinas de gran tamaño.
Así pues, nos encontramos ante dos modelos bancarios opuestos, no sólo en cuanto a estructura y prestaciones de servicios, sino también en lo relativo al riesgo y rentabilidad de las operaciones.
En concreto, a diferencia de lo que sucede en la banca comercial, los beneficios procedentes de la banca de inversión suelen tener un índice elevado de riesgo y, en consecuencia, representan una línea inestable y arriesgada de desarrollo a pesar de ofrecer como contrapartida una alta rentabilidad. En los momentos en que la economía goza de buena salud, este tipo de inversiones suelen ser de mayor provecho económico respecto los productos típicos de la banca comercial, aunque en momentos de desaceleración económica también suelen haber grandes caídas. Todo ello responde a la dinámica del ciclo económico, sin acarrear en ningún caso el hundimiento de la economía nacional ( aunque normalmente las desaceleraciones en la inversión suelen producirse en tiempos de recesión económica).
En lo relativo a la banca comercial, es extremadamente difícil que llegue a obtener pérdidas, y si ello sucediera nos encontraríamos ante un verdadero caos financiero que repercutiría inevitablemente en la situación nacional del país.
Una vez analizadas las dos categorías de negocio bancario, podemos deducir que las crisis financieras suelen originarse en el seno de la banca de inversión, en su tarea de colocación y transacción de fondos, disponiendo en consecuencia, de unos escasos niveles de liquidez para responder frente a las deudas contraídas con sus respectivos clientes en épocas de huída financiera.
3.- Conclusiones
¿Es viable el actual modelo financiero? ¿Sería conveniente decantarse por un modelo que aportara mayor seguridad? Éstas son algunas de las preguntas más frecuentes en situaciones de crisis bancaria, cuya respuesta difiere en función de los intereses perseguidos por quién responde. En ocasiones se aduce a una regulación débil del mercado del crédito, o de una insuficiente censura por parte de los organismos supervisores del mercado financiero (principalmente, Banco de España y Comisión Nacional del Mercado de Valores).
De hecho, no debe olvidarse que la banca de inversión existe en virtud del artículo 65.1 de la Ley del Mercado de Valores, el cual habilita a las entidades de crédito (ej: bancos) para realizar los servicios de inversión reservados a las empresas de servicios de inversión, sin ostentar tal naturaleza. Así pues, cuando operan en dicho campo deben ajustarse a los cánones de diligencia requeridos por la CNMV.
Sin embargo, otros analistas apuntan a la banca comercial como el eje de futuro a seguir, en clara alusión al sentido de la inversión responsable y segura.
Ante un mercado financiero globalizado, con infinidad de normas, reglas y estándares de control por parte de distintos organismos supervisores, se hace patente la necesidad de establecer unas ratios de solvencia elevadas para los operadores del mercado, los cuales en muchas ocasiones desconocen el destino de tales inversiones, asumiendo un riesgo inaceptable para los pequeños ahorradores.
No obstante, los servicios de inversión existen y continuarán existiendo, aunque para ello sea necesario un mayor control a nivel global, sin que en ningún caso pueda levantarse la estructura financiera de un país en base a ellos; De ser así, acabarían pagando justos por pecadores.