Ibef
Linea activa

Aula de estudio: Organización y administración de empresas

Módulo 1: Organización y administración de empresas
U.D. 1: Dirección y administración de empresas.
Sección: 1

1.01 CONCEPTO Y CLASES DE EMPRESAS

Definir la empresa es uno de los problemas doctrinales de Derecho más discutidos, pues es muy difícil separar su esencia institucional del alcance social que le corresponde.

La creación de una empresa responde a la oportunidad detectada por una o varias personas, dentro de un sistema económico y social, para cubrir una necesidad manifestada en la colectividad, cuya satisfacción puede reportar beneficio a quien la facilite.

Se entiende por empresa al organismo social integrado por elementos humanos, técnicos y materiales cuyo objetivo natural y principal es la obtención de utilidades o la prestación de servicios a la comunidad, coordinados por un administrador que toma decisiones de forma oportuna con el fin de conseguir los objetivos para los que fue creada. Para cumplir con este objetivo la empresa combina naturaleza y capital.

Al utilizar la palabra sistema en la definición de la empresa, entendemos por tal un conjunto de elementos o subsistemas relacionados entre sí y con el sistema global que tratan de alcanzar ciertos objetivos. La empresa es un sistema por ser un conjunto de subsistemas que interactúan entre sí para lograr unos objetivos y que, además, interactúan con un sistema global, de forma que influye y es influido por éste.

Es importante la coordinación entre las distintas áreas de la empresa para poder lograr los objetivos. Imaginemos el caso en el que quisiéramos construir un coche. Podríamos contar con los mejores pistones, las mejores bielas, el mejor cigüeñal... pero es probable que las bielas elegidas no coordinasen correctamente con los pistones, o no se adaptaran bien al cigüeñal. En definitiva, que las partes elegidas, aún siendo de excepcional calidad individual, no funcionaran bien en equipo y no lograríamos los objetivos perseguidos.

En cuanto al tipo de empresas con las que nos podemos encontrar, podemos decir que dependerá del montante de necesidades a satisfacer, pues de cada una de ellas surgirá una empresa para poder satisfacerla. Pero lo que pretendemos no es detallar cada tipo de empresa, sino dar una visión global de sus características fundamentales y exponer una clasificación que englobe a todas las empresas. De esta forma, podríamos clasificar las empresas de la siguiente manera:

A) En función de quién ostente su propiedad

Así distinguiremos entre empresas privadas, cuando el capital con el que se ha fundado la empresa es privado, y empresas públicas, cuando dicho capital es del Estado.

B) En función del tamaño

En este caso, existirán empresas pequeñas, medianas y grandes. No obstante, no existe una pauta estricta en cuanto a la definición del tamaño. De este modo, podríamos pensar en tamaño financiero, en cifra de ventas, en volumen de activos, en superficie ocupada, etc.

C) En función de su actividad

Según la actividad, las empresas pueden clasificarse en función del sector al que pertenecen. Así, tenemos el sector primario, que corresponde a lo relacionado con la agricultura, ganadería y pesca; el sector secundario, que es el relacionado con la industria; y el sector terciario o de servicios, que es el que engloba a las empresas de servicios y a los comercios.

D) En función del ámbito de actuación

Las empresas pueden actuar sobre distintas áreas geográficas. Así, distinguiremos entre empresas locales, provinciales, regionales, nacionales y multinacionales.

E) En función de su forma jurídica

Según la titularidad de la empresa y la responsabilidad legal de sus propietarios, podemos encontrarnos con:

    Empresa individual: si solo pertenece a una persona, que puede responder frente a terceros con todos sus bienes, es decir, con responsabilidad ilimitada. Es la forma más sencilla de establecer un negocio y suelen ser empresas pequeñas o de carácter familiar.

    Empresa societaria: constituida por varias personas. Dentro de esta clasificación están: la sociedad anónima, la sociedad colectiva, la sociedad comanditaria y la sociedad de responsabilidad limitada.

    Las cooperativas u otras organizaciones de economía social.

1.02 EL EMPRESARIO Y LA EMPRESA

Es importante que quede clara la diferencia que existe entre empresario y empresa. La empresa la hemos definido como un conjunto de medios técnicos y humanos dispuestos a lograr unos determinados objetivos, pero, para planificar, dirigir, coordinar y controlar la actividad empresarial, es necesario que exista una o más personas, que son las que originan el concepto moderno de empresario.

Para la creación de una empresa es precisa una aportación de fondos por parte de los socios, que se constituyen como propietarios de la empresa. El resto serán fondos ajenos, concedidos por alguna entidad financiera. De este modo, los beneficios que genera la empresa son propiedad de los socios, pero, si éstos no intervienen en la dirección de la actividad empresarial, no se les puede catalogar como empresarios.

No obstante, ocurre en muchas ocasiones, principalmente en la pequeña y mediana empresa, que los socios son a la vez quienes dirigen y controlan la actividad empresarial, por lo que, en este caso, sí son empresarios.

El primer concepto del empresario, fruto de economistas como Adam Smith o David Ricardo, fue el de identificarlo como el capitalista, es decir, la persona que arriesga su capital. Posteriormente, economistas como Richard Cantillon aportaron nuevas atribuciones al concepto del empresario, exponiendo que son personas con una remuneración incierta a diferencia de los empleados, cuya remuneración es conocida. De ello se deduce el aspecto de riesgo que corren los empresarios para poder llevar a término los objetivos establecidos.

Finalmente, Joseph A. Schumpeter, con la teoría del empresario innovador, y Frank H. Knight, con la teoría del empresario riesgo, desarrollaron importantes empujes al concepto de empresario. El primero de ellos aportaba la innovación como principal función del empresario, ya que, de esta forma, el empresario originaba un monopolio temporal que producía beneficios extraordinarios a la empresa, hasta que iban apareciendo competidores con productos alternativos y los beneficios se situaban en un nivel normal, de forma que se establecía un equilibrio entre los empresarios existentes en el sector y los beneficios que normalmente debería producir dicho sector. El segundo aporta como principal función del empresario la asunción de riesgos, en cuanto que el empresario aporta un capital con el que crea una serie de factores productivos con la incertidumbre del resultado final.

Para Schumpeter la remuneración del empresario se justifica por su labor de innovación, mientras que para Knight la remuneración del empresario se justifica por el riesgo que asume. De todas formas, en estos autores aún persiste la identificación del empresario con el capitalista, aunque con ciertos matices de intervencionismo en la dinámica de la empresa. Por eso modernamente se distingue entre el socio y el empresario, pues el primero de ellos aporta capital y, en consecuencia, se convierte en propietario de la empresa, pero no será empresario si no interviene en la actividad empresarial.

Si desea efectuar ahora la prueba, pulse por favor la opción de Preevaluación

© 2012 Instituto Barcelona de Estudios Financieros